Busca Gina Cruz evitar el monopolio de Pemex

• Debemos dejar de lado visión estatista del Gobierno Federal, dice la legisladora bajacaliforniana

CD. DE MEXICO, ABR. 30 DE 2021.- La Senadora por Baja California, Gina Andrea Cruz Blackledge, hizo un llamado a dejar de lado la romántica idea de regresar a los tiempos del auge petrolero, «cuando lo que debemos hacer es cuidar y fortalecer la economía, sobre todo en estos tiempos de crisis que ha sumido a millones de mexicanos en la pobreza».

Durante su exposición en tribuna, la legisladora por Acción Nacional señaló que la calificadora Moody´s ha catalogado la deuda de PEMEX (Petróleos Mexicanos) como “Ba2” con perspectiva negativa, lo que es considerado como bono basura, o que la calidad de crédito es cuestionable.

Hoy esta empresa se ha convertido en un saco roto en el que se van los recursos de nuestros impuestos, aseveró.

“Los mexicanos estamos financiando una empresa en quiebra, sin capacidad técnica y mermada por la austeridad; es irónico que una de nuestras dos empresas productivas sea improductiva y solo consume recursos pero que ya no puede producir riqueza”, expresó.

Gina Cruz señaló que la romántica idea de regresar a los tiempos del auge petrolero, «es un grave delirio presidencial, un desatino y un despropósito, ya que muy atrás quedaron los tiempos en los que México contaba con el segundo campo petrolífero más grande del mundo, Cantarell, que prácticamente se encuentra seco y no se han desarrollado campos sustitutos».

Es por lo anterior, puntualizó, que ha presentado una reserva al Artículo Décimo Tercero transitorio de la Ley de Hidrocarburos, para impedir que esta mayoría ciega y sorda, que solo obedece a una voz, cometa un nuevo error, que es ya parte de una cadena de reformas abiertamente inconstitucionales e ilegales.

Es decir, con esta reserva se trata de limitar el poder dominante de PEMEX, esto, mientras se logra una mayor participación de agentes económicos, que propicien el desarrollo eficiente y competitivo en los mercados.

“Petróleos Mexicanos o sus organismos subsidiarios, así como cualquier otra empresa productiva del Estado, o una Persona Moral, por cuenta y orden del Estado, podrán comercializar Hidrocarburos, Petrolíferos o Petroquímicos siempre que desagregue los distintos servicios que preste y el precio de venta de primera mano del producto de que se trate”, se propone en la reserva.

Aseveró que con las reformas a la Ley de Hidrocarburos se pone en riesgo la percepción de nuevas inversiones, se dañará la confianza de los grandes capitales que son tan necesarios para la generación de empleos, sobre todo en estos tiempos en los que hay que cuidar y proteger la economía, la presente crisis ha sumido a millones de mexicanos en la pobreza.

“La reforma que hoy discutimos es un error más de este gobierno, la idea de convertir a Petróleos Mexicanos en un monopolio que concentre absolutamente todas las inversiones y recursos para la exploración y explotación de los bienes petrolíferos, es contraria a los principios constitucionales de competitividad y a la libertad económica.

“La visión estatista de este gobierno está restando dinámica a la economía en su conjunto, desde el inicio de esta administración, se ha debilitado de forma sistemática y lamentable, a la administración pública, por medio de lo que está aprobando el Poder Legislativo”.

Gina Cruz observó que todas estas reformas están concentrando el poder en una sola persona, que en lugar de basar su gobierno en capacidades técnicas, se rodea de leales, de incondicionales cuya competencia y solvencia morales son cuestionables.

“Tenemos un gobierno de leales en el que prevalece una sola voz que todos los días divide y confronta desde Palacio Nacional, en lugar de la riqueza de opiniones que caracterizaba a nuestra democracia”.

La legisladora bajacaliforniana observó que sobre las ruinas que hoy están dejando, habrá de llegar algún día un gobierno con auténtica vocación democrática, y que sí persiga a quienes incurran en actos de corrupción, ya que nuestro gobierno se caracteriza por el uso faccioso de la justicia.